-¡No entiendo como sucedió!- suplicaba casi llorando.
-¡Claro que entiendes como sucedió! ¿Cómo tan estúpida?- Le gritó con odio.
-¡Calla que este hijo también es tuyo! O acaso ¿Crees que lo hice sola?- pregunto entre lágrimas.
-Está claro que no lo hiciste sola pero ¿Por qué no te cuidaste?-
-¿Perdón?, tú también pudiste cuidarte…-
-¡Pero yo soy hombre! Soy más impulsivo. Tú eres la mujer, la racional…- continuó acusándola.
-Eso es una asquerosa mentira para acusarme de algo que somos igualmente culpables-
-Es tú hijo…-
-¿Lo estás negando?-
-Nadie me asegura que es mío, quizás con cuanto…- no alcanzó a terminar.
-¡Deja de decir tanta mierda y reconoce que es tuyo! Sabes bien que yo no soy capaz de tal cosa, además, yo era virgen hasta conocerte-
-¡PF! ¿Qué quieres que piense si nos conocimos una noche y la misma estuvimos juntos? Nadie me asegura que ese niño es mío ni que tú fueras virgen. Tus acciones me dicen lo contrario…-
-¡Cállate!- grito llorando –Eres una mierda ¿sabías?-
-Algo me han dicho…-
-¡Hijo de puta! ¿Cómo tan cerdo?-
-¡Ey! Con mi vieja no te metas ¿Ok?-
-¡Me importa un huevo!-
-Estás loca…-
-Y tú, ¿A dónde vas?-
-Está fácil, lejos de ti-
-¿Y te piensas ir así como si nada?-
-Observame-
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