Haciendo fila para tomar mi horario como buena alumna. Ensimismada en mi mundo nunca vi un par de ojos que me miraban con curiosidad. De un momento a otro, por una casualidad me encontré con ese par de ojos de frente y me sostuvieron la mirada por algunos segundos. No se porqué corrí la mirada avergonzada, lo volví a mirar y sus ojos seguían en mi.
Comencé a charlar con un amigo que intentaba captar mi atención pero mi mente seguía pensando en ese par de ojos que me miraban con atención. El muchacho comenzó a hacer lo mismo, comenzó a charlar de manera animada con un chico a su lado pero entre nuestras conversaciones nuestros ojos se escapaban de la charla para encontrarse a lo lejos, curiosos y avergonzados.
Muchas veces mi ojos escaparon de mi amigo, para encontrarse con los de aquel conocido extraño, era un tipo de secreto entre los dos, un tipo de intimidad.
Demasiado pronto llegó el tiempo de irme pero el seguía allí haciendo aquella fila. Me fui sin antes mirarlo intensamente.
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