Siempre nos imagine desnudos
No me preguntes porque, ni yo lo sé.
Te veía con tu piel parecida a la sal y con tu ombligo velludo.
Estabas con ojos cansados y con tu nariz soberbia.
Recuerdo demasiado bien tus pies, descalzos sobre el cemento.
Tu vista fija sobre mis pechos desnudos o sobre la sombra de mi entrepierna.
Ahora lo entiendo.
Mis uñas de color, mis ojos cerrados en armonía.
Y tú y tus pies.
sábado, 8 de septiembre de 2012
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Vanessa Bravo. Con la tecnología de Blogger.
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