El mejor sueño

Desperté en la mejor parte de mi sueño. Acongojada y con un nudo en el cuello, de mis ojos brotaban lágrimas de puro molesto sufrimiento. Soñé que te tenía junto a mi a yo junto a ti. Acurrucada en la calidés de tu abrazo y embriagada de tu dulce perfume varonil. Me acariciabas el cabello mientras yo me aferraba a tu cuello y me susurrabas palabras que por mal no recuerdo. Mi rostro en tu pecho no creía que fueras cierto y para sentirme segura te robé un beso. Sorprendido te quedaste quieto y temí que no fueras cierto pero cuando te pegaste a mi cuerpo mi corazón dio un vuelco. Me besaste lentamente y tus labios jugaron con los mios en un dulce tormento que me hacía desfayecer. Pero cuando tomaba tu rostro entre mis manos un ruido sordo me hizo retorcer y con fuerza cubrí mis oídos. Vi como tu imagen se alejaba y mis pesados párpados se comenzaban a abrir y con todas mis fuerzas intenté retenerte pero me faltó fuerza ya que mis ojos miraron el techo. Desperté en mi cuarto, aun oscuro, en mi conocida cama desierta y abrazando una almohada inerte, que no eras tú. Cerré los ojos intentando volver a encontrarte entre tanta oscuridad, pero me fue imposible. Aunque juré oler tu dulce perfume por un instante, lo quise tanto que lo imaginé. Derrotada estiré mi cuerpo y me dispuse a levantarme asumiendo que todo solo fue un destructivo sueño y que rompió otro pedazo del corazón que tú eres dueño.